sábado, 13 de abril de 2013

La voz a ti debida (P. Salinas)

Para vivir no quiero 
islas, palacios, torres. 
¡Qué alegría más alta: 
vivir en los pronombres! 


Quítate ya los trajes, 
las señas, los retratos; 
yo no te quiero así, 

disfrazada de otra, 
hija siempre de algo. 

Te quiero pura, libre, 
irreductible: tú. 
Sé que cuando te llame 
entre todas las gentes 
del mundo, 
sólo tú serás tú. 

Y cuando me preguntes 
quién es el que te llama, 
el que te quiere suya, 
enterraré los nombres, 
los rótulos, la historia. 

Iré rompiendo todo 
lo que encima me echaron 
desde antes de nacer. 

Y vuelto ya al anónimo 
eterno del desnudo, 
de la piedra, del mundo, 
te diré: 

«Yo te quiero, soy yo.» 

lunes, 8 de abril de 2013

Sin pena ni gloria.

Hablo mucho y digo poco. Hablo por hablar.
Critico cuando nada evoco. Y moriré sin más.
No sé cuántas veces habré tirado el dado del azar.
Sólo sé que en este arrebato de humildad, también; hablo mucho y digo poco. Hablo por hablar

Las noches pasan cada vez más lentas, los días por igual.
Y aquí sigo, esperando un golpe de suerte que dfícilmente va a tocar.
Pasaré sin pena ni gloria por la historia de este mundo, cómo aquella estrella; sutil, fugaz.
Porque como siempre, hablo mucho y digo poco. Y a veces, digo sin hablar.


No necesito el calor de tu llama, ni las risas de verdad.
Tan sólo quiero decir un poco más sin si quiera hablar.

Y las horas se escurren entre los dedos de mis pies, como arena de las playas de un ayer en el olvido.
Y aquí os dejo, testimonio de lo vivido, palabras que el viento un día se llevará.