sábado, 13 de abril de 2013

La voz a ti debida (P. Salinas)

Para vivir no quiero 
islas, palacios, torres. 
¡Qué alegría más alta: 
vivir en los pronombres! 


Quítate ya los trajes, 
las señas, los retratos; 
yo no te quiero así, 

disfrazada de otra, 
hija siempre de algo. 

Te quiero pura, libre, 
irreductible: tú. 
Sé que cuando te llame 
entre todas las gentes 
del mundo, 
sólo tú serás tú. 

Y cuando me preguntes 
quién es el que te llama, 
el que te quiere suya, 
enterraré los nombres, 
los rótulos, la historia. 

Iré rompiendo todo 
lo que encima me echaron 
desde antes de nacer. 

Y vuelto ya al anónimo 
eterno del desnudo, 
de la piedra, del mundo, 
te diré: 

«Yo te quiero, soy yo.» 

2 comentarios:

  1. Grandioso poema. No lo conocía y me he enamorado de él :)

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  2. Me alegra mucho ;) Sí, me llegó al alma.
    Salinas es uno de mis preferidos de la Generación del 27.

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