miércoles, 1 de mayo de 2013

De cuando nos pusimos perdidos a versos.



Te miro. Me miras. Bajo la vista y te sonríes.                                                                                              

Me muero, del gusto; cuando me observas y te ríes.

Y lentamente tus pupilas, jugando a desvestirme sin tabúes.

Trazando caminos tus dedos, por la curva de mis raíles.

Te crees Delibes, jugando con palabras;

cuando realmente no sabes ni de lo que escribes.


                                         
No tengo miedo al miedo, pero si al frío

de esos abrazos que se dan cuando el corazón está desprevenido.

Y lentamente tus caricias, jugando como niñas entre mis cosquillas.

Haciendo de mis vidas, delicias de noches y días.

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